El Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha capturado una imagen impresionante de una prominencia solar oscura y arqueada que se eleva desde el borde del sol. El evento, observado a principios de este año utilizando el generador de imágenes ultravioleta extrema (EUI) de la nave espacial, muestra la naturaleza poderosa y dinámica de nuestra estrella.
¿Qué son las prominencias solares?
Las protuberancias solares son vastas estructuras de gas cargado eléctricamente (plasma ) que se mantienen en su lugar gracias a los complejos campos magnéticos del sol. A pesar de la atmósfera abrasadora del sol, que a menudo supera el millón de grados, el plasma dentro de estas prominencias permanece relativamente frío, alrededor de 18.000 grados Fahrenheit (10.000 Celsius). Esta temperatura más baja hace que parezcan más oscuros cuando se ven contra la corona solar más brillante.
Cuando estas estructuras son visibles en la oscuridad del espacio, se llaman prominencias; cuando se estiran a lo largo del disco solar, se les conoce como filamentos. Ambos pueden extenderse por decenas de miles de kilómetros, empequeñeciendo muchas veces el tamaño de la Tierra.
¿Dónde se tomó esta imagen?
La observación se realizó aproximadamente a 63 millones de kilómetros (39 millones de millas) del sol, aproximadamente la misma distancia que la órbita de Mercurio. Esta proximidad permite a Solar Orbiter recopilar datos detallados sobre la actividad del sol.
¿Por qué es importante esto?
Esta observación es crucial para comprender el comportamiento magnético del sol, el origen del viento solar y los procesos energéticos que afectan el clima espacial alrededor de la Tierra. El Sol se está acercando al pico de su ciclo de actividad de 11 años, lo que significa que eventos como prominencias, filamentos y eyecciones de masa coronal probablemente serán más frecuentes.
“Poder observar estos fenómenos permite a los científicos comprender la dinámica magnética que interviene en la atmósfera del Sol”, afirman los científicos de la ESA.
Solar Orbiter, una colaboración entre la ESA y la NASA, lleva diez instrumentos diseñados para estudiar el sol desde múltiples ángulos. El Extreme Ultraviolet Imager, dirigido por el Real Observatorio de Bélgica, es esencial para visualizar la atmósfera solar en alta resolución.
La misión se lanzó en 2020 y continúa proporcionando datos valiosos sobre el comportamiento de nuestra estrella, ayudando a mejorar nuestra capacidad para predecir y mitigar el impacto de los eventos solares en la tecnología y el medio ambiente de la Tierra.
La dinámica magnética del Sol es fundamental para comprender no sólo el clima espacial sino también la interacción más amplia entre las estrellas y los planetas que las orbitan. Estas observaciones representan un paso significativo hacia desentrañar estas complejas relaciones.
