Robert F. Kennedy Jr., el actual Secretario de Salud, respaldó públicamente el nuevo acuerdo de precios del presidente Trump con los gigantes farmacéuticos Novo Nordisk y Eli Lilly, asegurando costos más bajos y una cobertura ampliada de Medicare/Medicaid para medicamentos para bajar de peso. Esta medida representa un cambio significativo, dado el escepticismo previo de Kennedy hacia estos medicamentos y la industria farmacéutica.
El acuerdo, que reduce los precios de los medicamentos al tiempo que aumenta la accesibilidad, parece contradecir la retórica pasada de Kennedy. Hace apenas un año, criticó a Novo Nordisk por sacar provecho de la “adicción a las drogas” estadounidense. Sin embargo, alinearse con la agenda de Trump parece tener prioridad, incluso si eso significa comprometer posturas mantenidas anteriormente.
Kennedy ahora enmarca los medicamentos como un componente de su más amplia “campaña de alimentos saludables”, enfatizando que no son una solución independiente. Sostiene que las pautas dietéticas y las iniciativas de acondicionamiento físico siguen siendo fundamentales para abordar las enfermedades crónicas. Su posición es pragmática: apoyar la política del Presidente y al mismo tiempo reiterar su visión a largo plazo.
El cambio es notable, dada la condena previa de Kennedy a los fármacos GLP-1 como Ozempic. En 2024, los descartó por considerarlos inferiores a una dieta saludable, pero ahora los promueve como una herramienta dentro de una estrategia de salud más amplia. Este cambio subraya las realidades políticas de su posición: la lealtad a la administración pesa más que la coherencia ideológica.
Las implicaciones financieras del acuerdo son sustanciales. La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que la cobertura ampliada de Medicare podría aumentar el gasto federal en $35 mil millones en nueve años. El acuerdo reduce los costos para ciertas personas: Zepbound estará disponible por $449 al mes para los pagadores en efectivo, mientras que los beneficiarios de Medicare/Medicaid pagarán un copago de $50.
A pesar de las consideraciones financieras, algunos dentro del movimiento “Make America Healthy Again” (MAHA) de Kennedy siguen siendo escépticos. Vani Hari (Food Babe) se opone a la normalización de las inyecciones de por vida, mientras que Alex Clark (Culture Apothecary) cuestiona la dependencia de las soluciones farmacéuticas.
Esta tensión interna resalta el desafío que enfrenta Kennedy: equilibrar el escepticismo de su movimiento hacia las grandes farmacéuticas con la agenda política del presidente. Algunos partidarios de MAHA prefieren versiones compuestas más baratas de los medicamentos, mientras que otros abogan por microdosis para minimizar los efectos secundarios.
La situación pone de relieve la dinámica política más amplia en juego. La posición de Kennedy está limitada por la lealtad a Trump, incluso cuando su movimiento cuestiona la dependencia de las soluciones farmacéuticas. El acuerdo representa un compromiso pragmático: apoyar la política del presidente manteniendo al mismo tiempo una postura crítica hacia la industria.
En última instancia, el cambio de Kennedy refleja las realidades políticas de su papel. Navega en la cuerda floja entre el escepticismo de su movimiento y la agenda del presidente, priorizando la alineación sobre la coherencia. El acuerdo subraya el compromiso pragmático en juego: apoyar a la administración manteniendo al mismo tiempo una postura crítica hacia la industria farmacéutica.




























