Los pioneros de la música ambiental Brian Eno y la artista conceptual Beatie Wolfe lanzaron recientemente su último álbum, Liminal, de una manera poco convencional: transmitiéndolo directamente al espacio profundo. El proyecto, culminación de una trilogía que incluye Luminal y Lateral, traspasa los límites de la distribución musical y explora las fuerzas invisibles que unen el universo.
El cuerno de Holmdel y la búsqueda de lo invisible
El lanzamiento tuvo lugar en la histórica antena Holmdel Horn en Nueva Jersey, el mismo sitio donde el astrónomo Robert Wilson descubrió el fondo cósmico de microondas (CMB) en 1964, evidencia que respalda la teoría del Big Bang. Wilson y su colega Greg Wright reutilizaron la antena de 16 toneladas para transmitir la “música de la materia oscura” de Wolfe y Eno, como la describen los artistas. La intención no es simplemente transmitir, sino enviar una señal al vacío, reconociendo la inmensidad del universo y las fuerzas invisibles que lo impregnan.
“Es invocar lo invisible que nos rodea, lo que une todo”, explica Wolfe. Eno añade: “Es la idea de que el universo está lleno de cosas que no podemos sentir”. La señal, aunque se desvanece con la distancia, es lo suficientemente fuerte como para alcanzar la órbita terrestre baja, aunque será abrumada por el CMB a medida que viaje más lejos.
Un álbum conversacional: explorando nuevos espacios sónicos
Liminal en sí mismo es una experiencia inmersiva, que combina exuberantes paisajes sonoros ambientales con voces inquietantes y texturas electrónicas inquietantes. El álbum se mueve entre momentos de urgencia de percusión, como la canción “Procession” y la atmósfera robótica y zumbante de “Laundry Room”. Eno destaca la importancia de crear entornos sonoros completamente nuevos, superando los límites convencionales.
“Lo más importante en la música de los últimos 70 u 80 años es la capacidad de crear nuevos espacios sonoros que en realidad no podrían existir”, dice Eno. “Puedes tener reverberaciones que duren un año… crear un espacio como un edificio infinitamente grande”.
La imperfección humana detrás del sonido
A pesar de la calidad sobrenatural del álbum, tanto Eno como Wolfe enfatizan la importancia de conservar la imperfección humana en su trabajo. Evitan deliberadamente la precisión estéril de la música generada por IA y descubren que el arte creado por máquinas a menudo carece de profundidad emocional.
“Realmente importaba que entendieras que otro ser humano hizo estas cosas”, afirma Eno. “Curiosamente, esta es una de las razones por las que creo que la IA realmente no funciona. Siempre es realmente impresionante cuando ves algo hecho por IA… pero cuando descubres que es una máquina la que lo hizo, tiene una especie de vacío”.
La búsqueda de la exploración pura
En particular, los artistas no crearon Liminal con una audiencia en mente. El proyecto fue impulsado por la curiosidad, el deseo de explorar territorios sonoros inexplorados y el puro placer de la experimentación. “Lo bueno de esta música es que realmente no pensábamos en nadie cuando la hacíamos”, explica Wolfe.
Eno se hace eco de este sentimiento, equiparando la creación artística con el descubrimiento científico. “El juego es parte de la ciencia al igual que parte del arte. Todos los científicos que conozco hacen lo que hacen porque les fascina. Es la misma motivación”.
A partir de ahora, Liminal ha viajado más allá de la luna, extendiéndose hacia la constelación Corona Boreal, uniéndose a la vasta extensión de materia oscura que impregna el cosmos. El proyecto sirve como recordatorio de que la verdadera innovación surge de la pura curiosidad, superando los límites de lo conocido y hacia lo infinito y desconocido.




























